martes, 30 de agosto de 2005

Conveniencia

(Paráfrasis a Tu Tsian)

Cada que vez que Yamamoto me contaba de sus andanzas de juventud, mencionaba a su amigo Yukihiro. Durante mucho tiempo, Yukihiro fue para mí más un enigma que una realidad. Hasta que después de insistentes reclamos, Yamamoto me contó la historia de uno de sus amigos.

Yukihiro era muy entendido en poesía, música y caligrafía. Utilizaba sus talentos para la conquista amorosa. También era discreto y reservado, virtudes indispensables para el adulterio y el amor clandestino.

Los parientes de Yukihiro se escandalizaban ante sus derroches y le rogaban que arreglara un casamiento adecuado y buscara la felicidad por los caminos que los sabios recomendaban. Su tío le propinaba suaves bastonazos y le criticaba su dedicación a las destilaciones alcohólicas y las asambleas venéreas. Yukihiro asentía con la cabeza, pero olvidaba las palabras de su tío.

Un día apareció, durante una fiesta, Ruby. Venía del campo, pero era muy bella y desenvuelta. Al principio, era una más en aquel grupo, pero a los pocos meses, Yukihiro estaba enteramente enamorado de ella.

No bien le fue concedido cierto poder, la muchacha sometió a Yukihiro a todos sus caprichos, le exigía sumisiones humillantes, lo obligaba a las formas más perversas de gimnasia amorosa y lo obligaba a alejarse de la alta poesía para hundirlo en el indecoroso arte de las canciones obscenas.

Así, poco a poco, Yukihiro fue perdiendo el respeto por sus mayores, olvidó el homenaje a sus antepasados y disfrutó de todas las vulgaridades a las carcajadas.

Desde los nobles hasta su madre le pidieron alguna vez que dejara a aquella mujer que lo arrastraba por la vía de la perdición. Él les rindió homenaje y rego con llanto sus pies prometiendo que dejaría de avergonzarlos. Pero fue en vano. Cada vez que se encontraba con ella, lo abandonaba la razón y se sumergía en la más profunda lascivia.

Hasta que un día el hijo del Emperador y heredero del trono llegó hasta su hogar y le reclamó que dejara a aquella mala mujer. No le quedó más opción que seguir aquella disposición y pedirle a Ruby que partiera para siempre.

Al día siguiente, sus familiares le presentaron la dama que habían elegido para él. Era una mujer de aspecto sumiso y maneras dignas que había dedicado su vida a la cría del gusano de seda y tocaba las castañuelas. Una semana después se realizó la boda y prevaleció la fuerza a la armonía. Familiares y amigos del novio celebraron con muestras de enorme dicha.

Yukihiro fue amado hasta el último de sus días, el quinto después de la boda, cuando cometió suicidio clavándose un puñal de plata en el pecho.

13 comentarios:

AGP dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sugus dijo...

pobre yukihiro!! su corazón se destrozó como el cristal tironeado entre el deber y el querer.
Ahora Tux, esa expresión "asambleas venéreas" me ha sorprendido. Tantas asambleas en mi vida y me fui a perder justo esas que parecen inquietantes!
Ni que decir los hobbies de la esposa elegida (¿castañuelas?) Increíble, sos increíble.

Syrdar dijo...

Estimado Tux su historia me trae recuerdos del cuento de Akutagawa llamado El Pañuelo donde el Profesor Hasegawa (en palabras textuales del escritor) sintio perturbar la concepción del Bushido y las prácticas mismas que este código derivaban.

Ahora tux:
Deber y honor (o sex simbols monogamicos) o pasión y sumisiones humillantes ... cual es su eleccion ?

Sugus said
Ni que decir los hobbies de la esposa elegida (¿castañuelas?)

En esta lo salvo Tux. En el baile tradicional Japones (Odori) hay unas especie de castañuelas (no recuerdo su nombre ahora) hechas de bambú.

J dijo...

Leyendo su post actual, vino a mi memoria una historia nunca contada, y se me ocurrió que era buen momento para contarla de nuevo.
Nzingha, belleza morena del África occidental, había recibido su nombre en homenaje a la reina Amazona, quien con gran valor y coraje enfrentó a los mercaderes de esclavos portugueses. A pesar de sus profundos deseos de conquistar las glorias pasadas, y llevar a su pueblo a nuevos tiempos dorados, el esquivo destino iba a jugarle una mala pasada. A la hora de su nacimiento, y siguiendo las costumbres de la región, su amor, su cuerpo, y su vida habían sido prometidas a una familia poderosa del lugar, obligándola a una vida de sumisión, desencantos y aburridas horas de adiestramiento que la transformarían de esa fierecilla rabiosa que un día disfrutaba del sol sobre su cara, y cuyo corazón era más bravo que el más brioso de los río, en la civilizada señorita capaz de emular a la mas fina de las damas europeas.
Al correr de los años su postura mejoró paulatinamente, y junto a ella su impostura, la sonrisa la acompañaba día y noche por las adornadas calles de la ciudadela, aunque su caminar cargaba penas como ningún habitante de su comunidad nunca podría sentir.
El tiempo pasó, y finalmente el día tan distante, que alguna vez creyó nunca ver llegar, y que últimamente deseaba no alcanzar, la atrapó entre sus infatigables brazos, y en una sorprendente ceremonia esa unión se llevó a cabo, y en una noche de bodas afianzada a las costumbres más occidentales, ella cumplió con su rol de amante y apasionada esposa, como durante tantos años le habían enseñado.
La magia no fue solo causa de su largo entrenamiento en las bellas artes amar, sino que la pasión provino de la cautivadora mirada con la cual, aquel niño que durante muchas horas en la niñez había compartido momentos, le mostraba su amor durante su agasajo.
El ritual matrimonial fue fugaz, pues al instante ella se enamoró, y supo que aquellas enseñanzas de las cuales toda su vida había renegado, y consideraba una vergüenza para las mujeres de su pueblo, no serían más que una forma de demostrar toda esa pasión hacia aquel hombre que compartiría el resto de sus días, y que esto no le impediría nunca llegar a ser la gran mujer que siempre quiso llegar a ser.
Al día siguiente las emociones continuarían, pues por primera vez en su vida vería las saladas costas oceánicas, donde un barco la esperaría para llevarla a vivir maravillosas aventuras de la mano de su hombre, recorriendo el mundo como nadie antes lo había hecho.
Al llegar al puerto notó a la distancia un barco con una bandera llamativa de brillantes colores, con su curiosidad intacta a pesar de los años, resolvió aproximarse. Al llegar vio a personas con grilletes en sus cuellos, con cadenas en sus pies, e incapaces de gritar por su libertad, eran arrastrados hacia destinos inciertos. Sin dudarlo un segundo corrió hacia ellos, y en un acto desesperado causado por su impotencia, dejando caer lágrimas de dolor, por la culpa de no haberse revelado contra las voluntades ajenas que habían guiado su vida, ni contra sus propios tapujos, dejó salir un grito desde el centrote su pecho y, lastimándose las manos con el duro metal, quiso ganarle al destino. El plomo caliente que un artillero le concedió como premio a sus vanos esfuerzos no dejó mas que sufrimiento en aquella calurosa mañana, la libertad a su pueblo siguió siéndole esquiva, el sufrimiento de su nuevo viudo duró un poco mas que la llegada del ocaso, y muchos curiosos solo vieron a otra esclava más que en un acto violento había recibido su merecido. Pero aquel día de libertades la Madre África supo llorar en silencio el destino de su preciosa hija, la reina Nzingha.

Sugus dijo...

Bien, sepan disculpar por favor mi desconocimiento sobre las castañuelas orientales. Gracias Syrdar por sus enseñanzas. Le diré que debido a ellas, he vuelto a recorrer su blog que veo que tiene muchas novedades y también estoy comenzando a leer algunos cuentos de Akutagawa (escritor que no conocía).
Ahora Tux, le han hecho una pregunta ¿cual es su elección?
Aparezca, no nos abandone...

AGP dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Tux Maniac dijo...

Cobani,

Si bien no encuentro relación entre su cuento y el mío, déjeme decirle que me pareció muy bueno (aunque podría haber ido en su blog en vez de en un comentario del mío).

Muchas gracias

Tux Maniac dijo...

Ni que decir los hobbies de la esposa elegida (¿castañuelas?) Increíble, sos increíble.

En esta lo salvo Tux. En el baile tradicional Japones (Odori) hay unas especie de castañuelas (no recuerdo su nombre ahora) hechas de bambú
.

Acaso creías, Sugus, que lo mío era una simple comentario así sin razón? Jamás. Que te quede claro, estoy en todas.

Tux Maniac dijo...

Syrdar,

Deber y honor (o sex simbols monogamicos) o pasión y sumisiones humillantes ... cual es su eleccion ?

Las sumisiones humillantes no van con el perfil de un sex symbol. Y la monogamia es un desperdicio, aunque es muy conveniente cuando anda escaso de tiempo.

Syrdar dijo...

Sugus said...
también estoy comenzando a leer algunos cuentos de Akutagawa


Comenteme despues que le parecio.

Tux Maniac said...
Las sumisiones humillantes no van con el perfil de un sex symbol. Y la monogamia es un desperdicio, aunque es muy conveniente cuando anda escaso de tiempo.


Como gato en la leña ...

AGP dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Tux Maniac dijo...

agp,

Respecto a su frase, me he quedado pensando y quisiera ayudarlo a que deje de tener la duda de si se hace o es, y que mejor que un test que le diga esa gran incógnita.

Espero que le sirvan y nos muestre los resultados luego!:)


Vea qué cosa, el primer test me ha dado el siguiente resultado:

Usted ha vivido relaciones románticas placenteras y también desagradables y por ello prefiere mantener un equilibrio en la forma como maneja su relación. Cree en el amor, en el romanticismo, pero también es conciente que debe imprimir en sus sentimientos un poco de objetividad, racionalismo y pericia.

Y el segundo me dio un claro empate técnico con 2 respuestas de cada tipo, así que soy muy romántico, más o menos romántico y muy amargo.

Consigame un test más específico.

Sugus dijo...

La verdad Agp, su test (el primero) me ha dado un grado de equilibrio que estoy lejos de tener.Definitivamente, no creo que sea muy científico.