domingo, 17 de abril de 2005

Fotos de Tokyo

Pedro Aznar

Cuanto más me pregunto
Más dejo de entender
Qué nos hizo estar juntos
Será que aún espero en vano la magia
Que contagia
Los huracanes del alma
Que no los calma nada

Tengo miedo (y es cierto)
¿Dónde me iré a esconder?
Soy un Sha en el desierto
Con tantas dudas y con tanto horizonte
Tan de golpe
Que se me hiela la sangre al pensar

Que lo nuestro es como encontrar postales viejas
Como desenterrar tantas palabras secas
Un affaire oriental
Fotos de Tokyo
Es la asfixia total
Es como un vuelo a ciegas

Salgo a dar una vuelta
No hay mucho más que hablar
No me esperes despierta
Hace ya tiempo que la cama te esconde
Algunos nombres
Y se convierte en deporte
De un amante torpe

Lo más loco de todo
Es que te quise bien
Vos sabés de qué modo
Lo que no quiero es inventar un camino
De retorno
Para escaparme de la soledad

Y eso sí sería encontrar postales viejas
Como desempolvar todas las tardes lentas
Un affaire oriental
Fotos de Tokyo
Es la asfixia total
Es como andar a tientas

viernes, 15 de abril de 2005

Jaque "Mate"

Así como en algún momento les conté que me gusta el lomo sin verduras, hoy quisiera transmitirle mi desagrado por una clásica bebida argentina: el mate.

Muchísimas veces han tratado de convencerme de que tome mate con el argumento de que es una bebida que inclina a los bebedores a la reunión y a compartir un momento ameno. Sabrán disculparme los defensores de esta postura, pero yo tengo pruebas que demuestran lo contrario.

En otras ocasiones, se ha defendido a esta bebida alegando que tiene nutrientes muy buenos para mi salud... Como estos me imagino...

Algunos me preguntaron si me daba asco la bombilla o si tenía miedo de contagiarme alguna enfermedad... A mí? Que dejaría que me contagies Mononucleosis Infecciosa rascándote las amígdalas?

También se ha recurrido a mencionar sus propiedades dietéticas... Já! Justo a mí!

Lo más grave es que la mayoría de sus defensores ni siquiera hizo curso de cebado de mate o esuchó hablar alguna vez en el Instituto Nacional de la Yerba Mate.

Si algún día paso por tu casa, mejor nos tomamos 5 minutos!

jueves, 14 de abril de 2005

Tratar de conquistar el mundo

Hace 5 años, el 14 de abril de 2000, Cobani y yo participamos de un seminario bastante malo sobre Linux.

Al finalizar el mismo, salimos a dar unas vueltas y en un kiosco de la calle Chacabuco, compramos un par de botellas de Coca Cola y brindamos por nuestro proyecto en conjunto: V-UART. Lo que al mundo le parecía simplemente un trabajo para la facultad, se convirtió en una cadena de éxitos, alguno de los cuales, compartiré con ustedes.

Por un lado, nuestro emulador de dispositivos de caracteres en una red TCP/IP, con esto robamos hasta que fue aceptado en las XXXI JAIIO(Jornadas Argentinas de Informática e Investigación Operativa).

Y también, nuestro Electrocardiógrafo Digital en su PC que ganó el primer premio de este concurso (un poco más serio que los concursos de los blogs).

Les quiero avisar que se vayan preparando porque en nuestro verdadero objetivo es tratar de conquistar el mundo.

Encuentros y amores que nunca serán

Hoy vuelvo a reflexionar sobre ese tema que ha convocado a algunos escritores: las parejas ideales formadas por personas que nunca llegan a encontrarse, que están predestinadas cósmicamente a permanecer ignorando la existencia de quien los hará verdaderamente felices o que sólo viviremos desencuentros con aquel que nos amará. Estoy convencido de que eso es una comodidad.

Ya lo dijo Manuel Mandeb en el Elogio del amor inconcluso:

"... Así como las personas que mueren en su plenitud nos ahorran el recuerdo de su vejez, los amores interrumpidos abruptamente siguen viviendo en nuestro corazón no como brasas agonizantes, sino como horrorosas llamas que queman cada noche...
...No hay mejor amor que el que nunca ha sido. Los romances que alcanzan a completarse conducen inevitablemente al desengaño, al encono o a la paciencia; los amores inconclusos son siempre capullo, son siempre pasión."


Prefiero pensar que conozco a la mujer con la cual seré feliz el resto de mi vida. Pero como somos personas distintas, habrá días en que coincidiremos en comer arroz con salsa de soja. Algunas tardes, ella tomará mate mientras yo disfruto un té. Y de seguro, por la noche dormiré en el living tras habernos peleado porque a ella le gusta dormir muy abrigada.

lunes, 11 de abril de 2005

Mi primer chamullo

Si mis amigos me apodaron en más de una ocasión "caído del catre" o "podado verde" fue porque me gané ese apelativo dada mi notable capacidad de no reconocer cuando una mujer me estaba insinuando sus bajos instintos o ya que era un poco quedado a la hora de salir a charlar a alguna muchacha que me gustara o llamara la atención.

Con el tiempo fui tratando de modificar ciertas conductas y en algunas ocasiones no me faltan los escrúpulos para detener a una señorita que camina tranquilamente por la calle para sacarle una foto con mi celular y pedirle su número de teléfono para hacérsela llegar.

Pues bien, alguna vez fue la primera vez que me acerqué a una chica en una fiesta para tratar de intimar a la brevedad. Esto ocurrió en los quince de una amiga, fiesta en la cual un par de copas de vino blanco me dieron el coraje o la estupidez necesarios para aproximarme a ella.

Era alta y rubia, de rulos y con hermosos ojos celestes. Apelando a mi difusa memoria, diré que estaba muy buena (lo cual podría ser totalmente cierto, aún sin haber tomado). Aceptó mi propuesta de danzar y a los segundos habíamos copado la pista de baile (yo, como siempre, ostentaba orgulloso mi pata de palo). Al rato, cansada de mi aburrida compañía o sufriendo por las ampollas que había sacado en sus pies, se fue a sentar con sus amigas. Yo volví a ocupar mi lugar entre mis primos quienes no pararon de acosarme con preguntas sobre la señorita en cuestión. Yo, más agrandado que los hinchas de Instituto ahora que juegan en primera, trataba de mantener cierto hermetismo que me hacía sentir un ganador absoluto.

Minutos más tarde, noto una banda de buitres que se dirigía hacia el grupo de chicas donde estaba mi compañera de baile y dentro mío sonó una voz de alarma "Metele, que son pasteles!" y resolví rescatar a mi rubia de aquellos que la merecían menos que yo. Así es que de un solo brinco me abrí paso entre aquellos zánganos que ya habían empezado su chamullo y tomé de la muñeca a aquella joven y la llevé hacia el centro del salón donde continuamos nuestra plática. Se terminó la fiesta y yo, obviamente, ni le había pedido el número de teléfono. Qué huevón!

Y no volvimos a vernos hasta 2 años después...

Una fresca noche de Junio, caminábamos con algunos amigos de la facultad por la peatonal cordobesa a la salida del cine. Habíamos visto Cohen vs. Rosi. Paseábamos por Deán Funes casi llegando a Gral. Paz cuando veo que ella caminaba en dirección opuesta a nosotros.

Nos vimos y sostuvimos nuestras miradas con cada paso. Era un momento eterno. Nos cruzamos, me di vuelta para seguir viéndola y noté que ella también había volteado. No sé cuál de los dos volvió a mirar hacia adelante primero.

Me acerqué a uno de mis amigos, le conté lo que había ocurrido y el dilema que se presentaba ante mí: regresar a buscar a esa rubia o seguir con ellos. Me contestó en un tono que recibí como una sentencia profética "Vos sabrás si querés volver a encontrar su amor o preferís quedarte con nosotros..."

Un par de horas después estaba besando a la que fue mi primer "novia": era una compañera de la facultad. De aquella hermosa rubia de rulos nunca supe más nada...

jueves, 7 de abril de 2005

Los recuerdos que ignoraba

Lo primero que me impresionó al entrar a la casa de Rosie y GD fue descubrir que aún tenía el mismo olor de hacía mucho tiempo atrás.

Con el paso de las horas fui reconociendo las voces, las risas, los ruidos, los sabores, el viento fresco pegando en mi cara, los paisajes... Cada suceso despertaba un manantial de recuerdos y fluían en mí tantas imágenes.

Me sorprendió mucho cómo conservaba esos recuerdos tan detallados y que desde acá no podía evocar. Fue el volver a sentir todas esas cosas lo que activó mis procesos internos y así me volvieron a parecer familiares.

Descubrí que habían quedado en mí muchos recuerdos de los cuales no era consciente. Era algo que no me esperaba y pude disfrutar. Sorprendí a muchos por no haber comprado cosas que acá no hay o son muy caras... Pero me traje cosas más especiales y mucho más enriquecedoras.

Como me dijo un amigo "Hay que cuidarse de las sobredosis!"

martes, 5 de abril de 2005

En Córdoba, pero enfermo

Vuelvan, estimados lectores, que aquí he regresado cargado de emociones y con una profunda renovación espiritual! (También volví cargado de mocos y con mucha tos, espero que no les moleste.)

He pasado unas maravillosas vacaciones donde me reencontré con amigos muy queridos y pude aclarar mucho mis ideas y sentimientos. Comí como un chancho y también cambié mis hábitos "hípnicos": me acostumbré a dormir unas 10 horas por día.

Traje algunos chocolates para que difrutemos en alguna reunión todos juntos, así que cuando me recupere de mi pseudo-enfermedad los invito a casa.

En próximas entregas iré contando algunos detalles de mi viaje (ahora no me da el cerebro para más). Sólo quería que supieran que estoy bien. En una palabra, les dejo el resumen de mis vacaciones: EXCELENTES.

Gracias a todos los que pasaron por el blog y me hicieron llegar sus mejores augurios, debo decir que se hicieron realidad. También agradezco a los que contribuyeron a que a mi regreso encontrara este sitio libre de telarañas y polvillo.

Addendum: En otro blog vi que andaban pidiendo "estrellitas de esas que brillan en la oscuridad". Yo traje algo de eso... así que si alguna de las lectoras desea pasar por mi habitación, se lo muestro (digo esto con la cara de psicópata favorito que corresponde y me caracteriza).