sábado, 12 de marzo de 2005

La bella durmiente

"Asombrado por su belleza, el príncipe se arrodilló junto la princesa para besarla, romper el hechizo de la siniestra madrastra y descubrir que estaba muerta."


Anoche tuve la posibilidad de escuchar otra versión de Blancanieves y los siete enanitos y cruzó en mi cabeza la idea de escribir sobre los elementos que se repiten una y otra vez en los cuentos infantiles y que hoy son causa de desdicha de hombres y mujeres.

En primer lugar, mencionemos a los príncipes azules. Esos jóvenes valientes y encantadores, hijos de un rey rico que no se cansan de recorrer el mundo montando sus bríosos corceles. Hoy, ninguna de estas virtudes puede ser alcanzada por un hombre común que debe resignarse a viajar al trabajo en un colectivo de la TAM y cuyos padres son jubilados nacionales que no llegan a fin de mes.

Y aquellas bellas princesas, que se quedan dormidas en todos los cuentos o cuya piel es muy delicada. Yacen a la espera del príncipe sin hacer nada, en una actitud sumamente pasiva. Lejos de toda belleza, ya crecidas y atacadas por el acné, las niñas que escucharon estos relatos, imitan esa actitud y esperan a que uno las invite a salir. O sea que, además de haber conquistado el Asia, cultivado el arte y la inteligencia, también tenemos que cumplir todo el protocolo del acercamiento. Y mejor que no seamos demasiado directos al expresar nuestros bajos instintos pues terminaremos siendo cacheteados al mejor estilo John Nash.

Tampoco olvidemos a las suegras, aquellas viejas madrastras envidiosas de la hermosura de las hijas de sus maridos con quienes se casaron por la fortuna anteriormente citada. Ya mayores y posiblemente insatisfechas deben reconocer que la juventud es una muy buena contribución a la belleza.

El remate clásico "y vivieron felices para siempre" es un ataque directo a la credulidad de las frágiles mentes infantiles que pensaran que es algo alcanzable. Ya ha sido tratado en este ámbito el tema de la imposibilidad de una vida adornada por la felicidad absoulta y perdurable.

Propongo que dejemos de contar estas historias clásicas a los niños y optemos por relatar desventuras nocturnas, desengaños amorosos y levantes callejeros. Quizás de grandes lleguen a convertirse en felices príncipes y princesas que ansían una vida más normal y feliz.

Lo dice un caballero que decidió desmontar su corcel fantasma y esperar a que la bella durmiente amanezca en su cama...

29 comentarios:

AGP dijo...
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AGP dijo...
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J dijo...

Mi querido tux y particularmente mi estimada AGP, a pesar de que en lo mas oscuro de mí puedo vislumbrar con amarga tristeza que sus parlabras son ciertas, quisiera instarlos a intentar no despertar de sus mil y un cuentos a este pobre transitante de mediados de su tercera décadas (humor interno).
Ademas, a pesar de lo ya expresado bedo decirle que si, el amor lo puede todo, lo que pasa es que a veces es unilateral, y por lo tanto cuesta mucho trabajo el hacer el esfurzo por dos, pero para un pobre imbecil como quien suscribe, con tan solo una caricia el mundo se hace pequeño...

Tux Maniac dijo...

cobani,

No venga con falsas modestias, ni complicadas sugerencias sobre su edad. Debo advertirle que apenas vislumbrar una verdad es un paso hacia reconocer el resto de las mentiras sobre las ésta que echa luz. Si usted sospecha que lo que decimos con agp es verdad, quizás sea ahora de replanteos.

Resígnese, las caricias mágicas capaces de hacer pequeño al mundo son menos probables que ganar el Quini sin jugarlo. Salga y busque la caricia sencilla y común de todos los días.

A veces me pregunto si el amor unilateral, ese esfuerzo por dos, será tal y no simplemente una comodidad.

J dijo...

Tux, sobre su respuesta
A veces me pregunto si el amor unilateral, ese esfuerzo por dos, será tal y no simplemente una comodidad.
eso mismo le pregunto yo

Tux Maniac dijo...

cobani,

Tenga a mano, compañero y no venga con compadreadas.

Ya dije a veces ME pregunto si el amor unilateral, ese esfuerzo por dos, será tal y no simplemente una comodidad. Así que no necesito que me repita la pregunta.

Mientras tanto, ¿quiere saber mi respuesta? Mi respuesta es . Por eso escribí esto.

AGP dijo...
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Pedro dijo...

¡Momento! Detengamonos a pensar. El problema no radica en cómo es el príncipe y la princesa. Para los ojos del enamorado no hay diferencia entre la Bella Durmiente, la Negra Murgera, Fiona o la Histérica de la Arveja ("guisante" en el cuentito versión gallego) --- o entre el Principe Azul, Shrek o el cara de pipa para los ojos de la enemorada. Después de todo, la bella se enamora de la bestia.



No: el problema no es ni el príncipe ni la princesa. El problema de estos dichosos cuentitos (Shrek incluido) es sólo la famosísima frase final: "y vivieron felices para siempre...". Cualquiera sea la fantasía inicial, todo estos cuentitos nos privan de la continuación, de la parte más larga del cuento, de la más complicada, de la que debe ser construida de a dos. Esos tres puntitos suspensivos son los que contienen la verdad de la milanesa y no nos es revelada. Y de vuelta: "vivir felices para siempre" es alcanzable: es la alternancia justa de dicha y desgracia, si no, no hay felicidad. La dichosa frase es engañosa pero no es una mentira.




Por otro lado, se encuentra disponible la segunda entrega.

AGP dijo...
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Sugus dijo...

Eh, me distraje un momento y me encuentro cada sorpresa!!
Bueno, mr. tux, lindo tema.
Acuerdo (ya sé que volverán las cargadas, qué va a hacer) con Mr. Ego en que el principal "cliché" que nos caga la vida es ese del "vivir felices para siempre".
En función de ese slogan, nos perdemos de vivir felices un día, una semana o un mes.
Tenemos un diskette en la cabeza con todo lo que supuestamente tiene que tener el/la amado/a y no hay modo de que podamos ver otras posibilidades.
Con respecto a esto de la actitud pasiva o activa de mujeres u hombres en la cuestión de la conquista, usted tiene razón, pero mire, hay cuestiones culturales de tanto peso que se hace difícil el cambio.
Una sola vez en mi vida (estaba muy enamorada y el sr. en cuestión me visitaba todos los días con actitudes muy afectuosas, pero no se decidía a pasar del rol de amigo cariñoso), llovía mucho y mi amor me impulsó a escribirle una carta en la que le declaré mis mejores y peores intenciones (jé).Me encargué de que le llegara ese mismo día.
Luego anduve escondida (realmente fue patético) porque no me atrevía ni a mirarlo.
El Sr. en cuestión finalmente me encontró y me dijo que "no estaba acostumbrado a eso". Me hizo sentir un gusano. Y eso que después todo tuvo un final refeliz (obvio que no fue para toda la vida).
Hay tantas cosas que pesan para poder ser sinceros.
Hay tantas cosas que no nos decimos y se nos pudren en el alma.
Hay tanto prejuicio de mierda instalado para el desencuentro.
Me gustaría que hubiera un "día de la verdad" en el que todos pudiéramos decir todo lo que nos oxida el alma. Porque, además ¿qué tan malo podría pasar si lo hiciéramos?

Sugus dijo...

Y quería además decir que me enferma también el daño que nos han hecho enseñándonos que hay ganadores y perdedores.
He visto minas y tipos fantásticos que se sienten horribles y apocados porque su nariz, o que se yo, alguna otra cosa, no van con lo que está de moda. O porque su carácter los inhibe de pelear por lo que sienten.
El autoritarismo que sigue imperando también se absorbe en estas cosas.

AGP dijo...
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Sugus dijo...

ta bueno. Me hiciste acordar a un amigo que usa el sistema de la falsa borrachera, para animarse a acercarse a la chica en cuestión.
No puede hacerlo de otro modo.
Es más una vez me lo recomendó para una ocasión en que yo estaba con ganas de sincerarme con alguien. Pero no me dió el perfil para hacerlo, ja!
La idea base es decirle lo que sentis y si el tipo te mira mal, inmediatamente te reís y le decís, ah, disculpá, mirá las barbaridades que digo cuando estoy borracha.
En mi caso, la verdad es que sería mejor para hacerlo emborracharme en serio!!

Sugus dijo...

Ah, Agp, una preguntita sobre lo que planteás.
¿Cómo sabés si hay agua en la pileta o es un espejismo?

AGP dijo...
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Tux Maniac dijo...

En una película argentina cuyo título no recuerdo, uno de los personajes le reclama a otro: "Cuando estés enamorado de alguien dícelo porque el otro no es adivino".

Una vez Dolina mencionó que la necesidad de una declaración de amor explícita era un signo evidente de que algo andaba mal y que uno estaba yendo por el camino equivocado. Dejando de lado la gracia particular con que lo haya dicho, adivino que algo de cierto hay en esas palabras.

En una oportunidad verbalicé mis sentimientos hacia la chica que me gustaba. Aún cuando se concretó el acercamiento amoroso, los dos admitimos que había sido patético. Y en otras ocasiones, alcanzó solamente con una mirada, un beso o, simplemente, tomar a la otra persona de la mano. Con el tiempo me he convencido de que fue mucho más fácil hacerlo de ese modo.

Cuando era niño (tendría tal vez 6 ó 7 años), le pregunté a mi abuela cómo era que se sentía el amor. Y ella me contestó que era algo que uno podía reconocer dentro de su pecho. Pregunté cómo sabía uno que otro lo quería y ella me respondió que uno se daba cuenta de eso.

Esto puede parecer en principio un diálogo poco esclarecedor pero, si se presta atención, descubriremos signos en el espacio (guiño a Sugus) o algo en los ojos del otro que nos diga si hay "agua en la pileta".

J dijo...

Che, que tal si alquilamos algún salón, y nos dedicamos a hacer terapia de grupo :D

Tux Maniac dijo...

cobani,

Che, que tal si alquilamos algún salón, y nos dedicamos a hacer terapia de grupo :D.

¿Para qué? Esto nos sale más barato y además gozamos de un cuasi-anonimato que hace más sinceras las expresiones.

Sugus dijo...

Mire, Mr. Tux, a lo mejor, para lograr el anonimato total podríamos hacer un blog "Vulnerables", donde todos participaríamos como anonymus 1,2,3 etc.
Mire, ya le estoy encontrando hasta visos lucrativos al asunto.
(Perdón, se me fue el romanticismo al diablo)
Con respecto a su teoría sobre la innecesariedad de lo explícito, funciona si uno no es demasiado inseguro. Creo que el punto lo tocó danha karol cuando habló de creer en uno. Ando floja en esa materia, le diré. Cuando me gusta alguien en general mi primer pensamiento es que no le gustaré.
O que si me miró o me dió la mano es por cariño nomás, en fin, me reconozco un caso complicado.
También me ha sucedido al revés, que interpretaron expresiones de cariño como expresiones de amor y hube de aclarar.
Y por último, y sin ánimo de contradecir a su abuelita que me parece re sabia, a veces nuestros bloqueos hacen que ocultemos lo que sentimos.
Santo Freud!!

AGP dijo...
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Sugus dijo...

Un regalito del Dolina

"HISTORIA DEL QUE PADECIA LOS DOS MALES.

En la calle Caracas vivia un hombre que amaba a una rubia.
Pero ella lo despreciaba enteramente.
Unas cuadras mas abajo dos morochas se morian por el hombre y se le ofrecian ante su puerta. El las rechazaba honestamente.
El amor depara dos maximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.
El hombre de la calle Caracas padecio ambas desgracias al mismo tiempo y murio una mañana ante el llanto de las morochas y la indiferencia de la rubia."

AGP dijo...
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Tux Maniac dijo...

Ya que Sugus habla de inseguridad y que la poesía me llena el alma, les dejo un poema mque ilustra esta situación...

Cobardía (Amado Nervo)

Pasó con su madre. ¡Que rara belleza!
¡Que rubios cabellos de trigo garzul!
¡Que ritmo en el paso! ¡Que innata realeza
de porte! ¡Que formas bajo el fino tul!...
Pasó con su madre. Volvió la cabeza :
¡me clavó muy hondo su mirada azul!

Quedé como en éxtasis...
Con febril premura
"¡Síguela!" gritaron cuerpo y alma al par.
...Pero tuve miedo de amar con locura,
de abrir mis heridas, que suelen sangrar
¡y no obstante toda mi sed de ternura,
cerrando los ojos, la dejé pasar!

Anónimo dijo...

La historia de Sugus no es triste para nada.

Amor de uno no existe, es una obsecion, es una idealizacion de algun tipo enamoramiento absurdo.

No voy a decir que el hombre se enamore de las morochas por que le convenia, pero que si se olvide de la rubia. Y las morochas lo mismo con respecto al hombre.

Lo mejor que les podria haber pasado es decepcionarse y razonar un poco en que hay
algunas causas perdidas. Y que uno debe seguir adelante chocho y contento de la vida.

En fin volviendo un poco al tema del principe ""necro"" azul; hay muchas de estas hitorias analogas, parecidas a esta, que explotan el "hecho" del amor a primera vista, estereotipos gastados del hombre y la mujer, idealizaciones errones del amor. Son tantas y aparecen en todas partes, desde la publicidad hasta en las peliculas mas premiadas, que la gente se las cree.

Capaz que deberiamos dejar de soñar un rato. O por lo menos poder separar la realidad de algo completamente idealizado y hecho a medida para entrenernos. (Aunque algunos sueños sirven como meta y esos capaz que no estan tan mal).

Creo que lo que mas me embola son los estereotipos que tienen las historias. Pero supongo que ese es otro tema. ¿No?

Sugus dijo...

Ale, me parece que si dejamos de soñar también perdemos.
Lo que debiéramos es soñar y actuar (a veces no falta el verbo en nuestras vidas) para cumplir nuestros sueños. Si el sueño era irrealizable al menos sentiremos que lo hemos intentado.
Y si era una idealización absurda, sólo lo sabremos acercándonos a ella. Y quizá en el camino encontremos alguna recompensa.
Lo lamentable de estas situaciones es que a veces nos quedamos "sin el pan y sin la torta" y con la sensación tan desagradable de la cobardía.
A todo esto Mr. Tux, en medio de la discusión casi se me pasa una observación inicial: Ud es el mismo que se plantea esperar sentado que doña Bella Durmiente se le instale en su cucha y que por otro lado insta a la acción a los demás visitantes del blog.
Hummm, poco creíble, che, poco creíble.

Pedro dijo...

HISTORIA DEL QUE PADECIA LOS DOS MALES Y LA MUJER QUE PADECIA UNO PEOR.

En la calle Ituzaingo vivia un hombre que amaba a una rubia.
Pero ella demostraba despreciarlo enteramente.
Unas cuadras mas abajo una morocha se moria por el hombre y se le ofrecia ante su puerta. El la rechazaba honestamente.
El amor depara dos adversidades de opuesto signo: creer amar a quien no nos sabe amar y ser amados por quien no creemos amar.
El hombre de la calle Ituzaingo padecio ambas desgracias al mismo tiempo y murio una mañana ante la indiferencia de la morocha y el llanto de la rubia.

Sugus dijo...

Sutil y encantadora vuelta de tuerca.

Sugus dijo...

Encantadora y sutil re - visión del asunto

Tux Maniac dijo...

A todo esto Mr. Tux, en medio de la discusión casi se me pasa una observación inicial: Ud es el mismo que se plantea esperar sentado que doña Bella Durmiente se le instale en su cucha y que por otro lado insta a la acción a los demás visitantes del blog.

Le confieso algo, Sugus, pero hágame el favor de disimular. Estoy en la lucha para despertar junto a la Bella Durmiente ;)